Viaje a la región Pokot

Por África González Gómez

Salimos de Nairobi a las 7.30 de la mañana, para emprender nuestra última etapa del viaje, rumbo a la región Pokot norte, al noroeste de Kenia, frontera ya con Uganda. De Nairobi a Amakuriat , nuestro lugar de destino hay 560 km2 de distancia. Los primeros 440  kilómetros  -hasta Kapenguria- son asfaltados, pero los últimos 120 kilómetros la carretera es de tierra, y como estamos en la estación de lluvias, los barrizales, charcos, socavones y demás familia abundan por doquier. Volvemos de nuevo a los tumba-retumba y los saltos y sobresaltos, pero esta vez añadiéndole un nuevo elemento en esta carrera de obstáculos: los innumerables ríos -más de 40 antes de llegar a nuestro destino!-  que a veces hay que atravesar o esperar a que baje la crecida, si ha llovido recientemente.

Poco después de dejar Nairobi comenzamos a disfrutar de un paisaje impresionante en donde predominan los eucaliptus, cipreses y acacias, que se alternan con extensas plantaciones de maíz. Por el camino, el P. Felipe Castrejana que nos acompaña en nuestro periplo  un excelente conductor y conversador sereno, buen conocedor de la cultura pokot pues trabajó más de 10 años entre ellos- nos va explicando algunas de las costumbres tradicionales todavía aún muy arraigadas entre los pokot.

Entre tanto dejamos a nuestra izquierda el lago Naivasha uno de las atracciones turísticas de Kenia, famoso por sus flamencos y otros animales exóticos. Le seguirá Nakuru, la 5ª ciudad más grande de Kenia, también conocida por su maravilloso entorno natural.  Pasamos por  El Doret, Makutano, Kapenguria, Kacheliba, y a medida que nos dirigimos más al norte las huellas de ciudad como las entendemos en Occidente van desapareciendo, y los núcleos de población se convierten en 6 o 8 chiringuitos afilados a lo largo de la carretera, con pocas personas en movimiento, eso sí, nos asegura Felipe, la gente vive diseminada en sus chozas no visibles desde la carretera.

Por el camino y para tener entretenida la vista entre bote y rebote pudimos contemplar vacas y cabras, principal ganado de los pokot, además de varias manadas de dromedarios, babuinos, titís, y el famoso dik-dik, el animal más pequeño de la familia de los antílopes. El P. Felipe nos asegura que por la zona también hay guepardos e hienas, pero tuvimos la fortuna de no cruzarnos con ninguno.

Por fin, tras 12 horas de viaje llegamos a nuestro destino, la misión de Amakuriat.

Desde Amakuriat los misioneros combonianos atienden 35 capillas, en un territorio que se extiende unos 5.500 kilómetros cuadrados en el que pueblan más de medio millón de personas. Estamos muy cerca de la frontera con Uganda, donde habitan los turkana. En un pasado bastante reciente los pokot y los turkana, ambos pueblos pastores, estaban todo el día a la gresca con el robo de vacas, una actividad que se considera legítima puesto que ambos pueblos consideran que Dios los ha concedido el privilegio de ser los dueños de las mismas. Sin embargo en los últimos años, gracias a un acuerdo del gobierno de Uganda y Kenia las razzias de ganado han desaparecido, según nos cuenta el P. Tomás Herreros, nuestro anfitrión y párroco de la misión.

Y es que las vacas son el principal patrimonio y riqueza entre los pokot, como sucede entre otras culturas de pastores como los nuer, dinka, turkana, gabra…

Por ejemplo, a la hora de casarse, las vacas tendrán que ver mucho en el asunto.

La adolescente -pues aquí las chicas son casaderas desde el momento que han realizado el rito de la iniciación de las chemeri, a los 14 o15 años- no podrá decidir según sus gustos, preferencias o simpatías hacia algún muchacho. No, el que decide el futuro esposo de la chica, es o su padre o el padre del presunto “novio”. Ambos serán los encargados de la negociación de la dote, que hará con un determinado número de vacas. Desde el momento que el padre del novio habla con el padre de la supuesta novia para informale de su interés por su hija, comienzan una serie de reuniones para determinar la cantidad de vacas que pagará por la dote. Durante un tiempo el padre del novio mandará a sus “espías” para que vigilen el comportamiento de la chica, su carácter, sus actuaciones, y así negociar si merece más o menos vacas. Los padres de ambos, regatearán, el de ella intentará resaltar las virtudes y belleza de su “niña”, el de él sacará defectos para rebajar el montante final de vacas… Estas deliberaciones pueden duran meses e incluso un año, según nos cuenta el P. Felipe.

Al final se hace la comunicación oficial del futuro “enlace”. El día acordado por los padres, el chico visita a la chica para conocerse, pero ésta escapa y huye, como manda la tradición. Los tiyos – chicos ya iniciados- tendrán que ir con sus colegas a buscarla… La raptarán y después el chico pasará la noche con ella. A partir de entonces se pueden considerar esposos. Eso sí, si la mujer no vale para traer hijos al mundo, puede ser rechazada y el padre del chico reclamará el montante de vacas qe ha entregado por ella. Porque aquí,  al igual que en todas las culturas tradicionales africanas,la principal función de la mujer en la cultura pokot, es ser madre.

Y de maternidad precisamente sabe mucho la H. Gabriela, misionera comboniana de la misión, que como encargada del dispensario ha ayudado a dar a luz a centenas de bebés pokot. El último precisamente durante nuestra estancia allí. La recién nacida se  llama Yeko –que significa que nació de madrugada-  y es una preciosísima niña de siete meses,, que pesó algo menos de kilo y medio. Gracias a los cuidados y desvelos de la  H. Gabriela – le ponía cada 3 horas dos bolsas de agua caliente y la mantenía envuelta en tres mantas- la vida de Yeko estaba ya fuera de peligro, poco antes de nuestro regreso. Y es que a falta de incubadora y de unidad de neo-natología, la H. Gabriela ha puesto todo su corazón y su cariño, además de una buena dosis de confianza en la Providencia, para que el milagro de la vida continúe realizándose en Yeko.

Con la esperanza de que Yeko disfrute de una vida más digna que su madre y abuelas, nos despedimos de este blog… no sin antes recordaros que en nuestra revista Mundo Negro podréis seguir conociendo el increíble empeño de tantos misioneros que gastan y desgastan su vida a favor de la dignidad de los pueblos dinka, mondori o pokot. …Hasta entonces, pues.

Acerca de Entre Kenia y Sudán Meridional

Los redactores de la revista Mundo Negro Luis Esteban Larra y África González nos cuentan su viaje por Kenia y Sudán Meridional.
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